El Núcleo del Partido Comunista de España (PCE) en la Sierra de Guadarrama ha denunciado públicamente la decisión del Ayuntamiento de Moralzarzal, gobernado por PP y VOX, de eliminar el Punto Violeta en las fiestas locales de 2024. Esta medida, que supone un claro retroceso en la lucha contra la violencia machista, ha sido duramente criticada por la organización, que señala que este espacio ha sido un referente en la protección y visibilización de la violencia de género.

Según el comunicado del Núcleo del PCE, el Punto Violeta ha sido sustituido por un «Punto de Atención e Información para Jóvenes», lo cual, a su juicio, no solo minimiza la importancia de la violencia machista, sino que desvirtúa completamente la función de estos espacios. «Consideramos que la eliminación del Punto Violeta supone un retroceso en la protección y seguridad de las mujeres en Moralzarzal», subraya el comunicado.

Para la organización comunista, la violencia machista no es un fenómeno aislado ni una cuestión que afecte únicamente a los jóvenes. Al contrario, señalan que se trata de una manifestación estructural del sistema capitalista y patriarcal. «El sistema capitalista se perpetúa a través de la violencia en todas sus formas: la violencia física, económica, laboral, sexual y simbólica que sufren las mujeres», afirma el PCE, destacando que la subordinación de las mujeres está profundamente vinculada con las dinámicas de acumulación de capital. Según ellos, decisiones como la eliminación del Punto Violeta no hacen más que reforzar la normalización de estas violencias.

Los Puntos Violeta, tal como defiende el Núcleo del PCE, son esenciales no solo por su labor de apoyo a las víctimas de violencia machista, sino porque también visibilizan el compromiso colectivo de la sociedad en la erradicación de todas las formas de violencia patriarcal. «La eliminación de estos espacios refleja la indiferencia de las administraciones gobernadas por PP y VOX hacia las luchas feministas», explican, añadiendo que esta decisión forma parte de una estrategia más amplia que busca minimizar la violencia de género y desactivar los avances feministas.

El PCE no se limita a criticar la eliminación del Punto Violeta en Moralzarzal, sino que también señala una preocupante tendencia en otros municipios de la Sierra de Guadarrama. «Esta decisión de Moralzarzal se suma a la alarmante tendencia observada en Galapagar, donde el Ayuntamiento ha renombrado el Punto Violeta como ‘Punto Blanco'», recuerdan desde la organización, indicando que este tipo de cambios no son casuales, sino una estrategia consciente para diluir la importancia de la violencia de género como una problemática específica.

En Galapagar, el «Punto Blanco» se ha presentado como un espacio destinado a sensibilizar al público y brindar apoyo a las víctimas de cualquier tipo de agresión. Sin embargo, el PCE considera que este cambio de nombre es un intento de diluir la importancia de la violencia de género y de restar protagonismo a la lucha feminista. «Estos cambios reflejan la complicidad de las administraciones con las políticas negacionistas de la violencia patriarcal», afirman.

La organización comunista también ha querido recordar que la lucha contra la violencia machista no puede desligarse de la lucha contra el capitalismo, destacando que el machismo es una herramienta fundamental del sistema para someter y explotar a las mujeres. «Solo mediante un cambio estructural podremos erradicar todas las formas de violencia», señalan en su comunicado, subrayando que el capitalismo y el patriarcado son sistemas que se retroalimentan y perpetúan las desigualdades de género.

El Núcleo del PCE en la Sierra de Guadarrama hace un llamado a todas las organizaciones feministas, políticas y sociales de la comarca para que continúen vigilantes ante estas políticas regresivas. «No podemos permitir que los avances logrados en la lucha contra la violencia de género sean desmontados por administraciones que actúan en complicidad con los intereses del capitalismo patriarcal», concluyen. Para la organización comunista, la seguridad de las mujeres y la erradicación de las violencias deben seguir siendo «una prioridad innegociable en nuestras fiestas y en todos los espacios de la vida pública».