Published On: Mié, Ago 30th, 2017

Errores de izquierda (I de III)

I) Qué es el PP y por qué hay que censurarle.
(II) Avances en la democracia interna de los partidos. Lentos sí, engaños no por favor
(III) Llamazares y los 3 magic kings (Gaspar, Baltasar y Federico?).
Bernard Cohen (1963): «la prensa no tiene mucho éxito en decir a la gente qué tiene que pensar pero si sobre qué temas tiene que pensar»… así la agenda informativa establece la agenda pública o ciudadana, el marco (framing) sobre los temas que hay que pensar y discutir. Eso era en los años sesenta, ahora ya es mucho más.

Tomás Alberich (sociólogo) http://tomasalberich.blogspot.com.es/

La derecha no comete errores, los mata

Por eso podemos hablar con tranquilidad y de forma constructiva de los errores de la izquierda política, porque ya vemos a cada poco que la derecha no comete errores, simplemente los elimina, los mata o los suicida.
Por supuesto cualquier error que se comente púbicamente será utilizado en contra de la fuerza política aludida, pero es imprescindible el decir, señalar los errores, para que no se cometan de nuevo o, al menos, para que se reflexione, se discutan. Imprescindible para avanzar hacia una sociedad más democrática.
La izquierda tiene por delante una ingente tarea de reconstrucción de la democracia de este país y de nuestro Estado. Lastrado por décadas de corrupción, de bipartidismo paralizante y de partitocracia. La tarea no la puede llevar a cabo solo la izquierda política, de los partidos políticos, saldrá adelante si es objetivo de casi toda la sociedad, contando con los movimientos políticos y sociales progresistas en todas sus formas, con los sindicatos, etc. Es el 90% el que desea estos cambios, no el 99: a uno de cada diez españoles les va muy, muy bien con el Gobierno y el sistema actual, al menos económicamente. En las encuestas CIS siempre hay un porcentaje significativo que así contestan.
Pero es evidente que, dentro de esto que podemos denominar como “mayoría por el cambio”, por una mejor y más amplia democracia (los citados anteriormente), tiene una responsabilidad primordial la actual izquierda parlamentaria e institucional. No se si “principal” pero sí al menos esencial.
Y ahí es donde podemos ver, analizar, lo que se ha hecho y lo que se está haciendo y aportar algo a los debates.
Empezando por Podemos, de entrada hay que decir que la nueva fuerza política nacida en 2014, realizó, en apenas dos años, lo que no consiguió Izquierda Unida en tres décadas: cambiar el panorama político en España, cambiar “el tablero de ajedrez”, el campo de juego, no solo algunas piezas significativas, enterrando el bipartidismo y abriendo nuevas posibilidades democráticas. No hace falta extenderse en ello, ya lo hemos hecho en otras ocasiones. El bipartidismo es un lastre para cualquier democracia, aquí no está muerto, pero sí bastante enterrado o debilitado. Digamos que es el semisótano sobre el que aún se asienta el edificio constitucional del 78.
Tampoco hace falta extenderse sobre los aciertos de IU, sus heroicidades y sus travesías del desierto. No hace falta jurar delante del muro todas las bondades y aciertos de la izquierda más a la izquierda, para luego poder empezar a criticar y aportar algo nuevo, los errores considerados más significativos. Seamos maduros y pasemos a lo esencial.
De la lista de temas, empezamos casi por el final, por el que se puede considerar una conclusión al ser lo más importante, lo más esencial en la actual coyuntura concreta. Después iremos diseccionando, desmenuzando aspectos más parciales o complementarios.
En el análisis de la situación política en 2017 hay un asunto principal: decidir si estamos frente a un Gobierno simplemente de derechas o incluso, como se ha dicho siempre, que el PP unifica buena parte de la derecha dura y de la ultraderecha españolista. O, sin embargo, si estamos ante lo anterior pero dirigido, o al menos organizado en parte sustancial, por una estructura política criminal, con el objetivo último de enriquecerse, de ganar dinero y de mantenerse en el poder de forma ilícita.
Esto es esencial. Si estamos solo ante el primer caso, en resumen un partido político “muy conservador”, la izquierda más transformadora querrá crear un bloque de cambio entorno a sus principios e ideales y hacerse hegemónico, para conseguir ganar las elecciones. Para esto puede tardar más años o menos. Pero no le queda más remedio, no hay atajos para conseguir una mayoría social y de votantes, para llegar a gobernar, siempre que las otras fuerzas políticas esencialmente “jueguen limpio”. Pondrá el acento en los cambios económico-políticos necesarios y en los ejemplos de buenas prácticas, lo pone cada día como positivos allá donde ya se está gobernando, que es en la mayoría de las grandes ciudades. La política de alianzas, que es fundamental, se ceñirá a las fuerzas más afines o al menos cercanas.
Pero si estamos en el segundo caso, es decir dentro del Partido Popular tenemos una estructura que se ha organizado para delinquir, para robar con y desde las instituciones públicas, la situación es diferente. Lo anterior puede sonar muy fuerte pero ahí están los hechos. Y no es que lo diga yo, lo han dicho al menos dos jueces en autos judiciales aún abiertos. Tienen a cientos de encausados por corrupción, algunos, ya bastantes, en prisión. Lo mismo que se ha sentenciado anteriormente en el caso de CiU. Además en el PP tenemos destrucción de pruebas, sobornos, etc. con una amplia trama empresarial que le apoya y se beneficia directamente. Eso no quita para recordar que seguro que también hay miles de honrados afiliados que siempre le defenderán, porque defiende sus intereses económicos e ideas conservadoras, ultracatólicas, etc.
Si esta es la situación, las fuerzas de izquierdas no pueden esperar para, paso a paso, conseguir la mayoría social. Tendrán que buscar el pacto con cualquier otra fuerza u organización política no corrupta, que al menos desee desalojar a esta banda del poder. Específicamente con Ciudadanos y el resto de fuerzas, es decir los nacionalistas.
Y ahí vienen los errores: no se puede defender las dos cosas a la vez, porque son contradictorias en los hechos concretos. Por ejemplo en el discurso sobre Ciudadanos. Si estamos en el segundo escenario no se les puede tratar como si fueran una parte más del PP, no se puede decir que “ya nadie en este país se cree que Ciudadanos sea algo diferente al PP”, como han dicho dirigentes de Podemos. Porque es mentira. No se les puede demonizar. Esto lo que hace es restar credibilidad a quien lo dice.
Si hablamos de clases sociales, y por tanto de política económica, se puede esquematizar, explicando que PP y Ciudadanos defienden básicamente lo mismo, al igual que otras fuerzas, como los nacionalistas de “centro” (PNV, PdCat, Coalición Canaria,…). Pero todas son necesarias si el objetivo urgente en estos momentos es desalojar al PP del Gobierno, para iniciar un proceso de regeneración democrática.
Aquí también se ha producido, además de la contradicción citada, otros errores tácticos. Si presentas mociones de censura es porque estás en el segundo escenario: tratar de aunar a todos para desalojar al PP de los gobiernos. Pero no para “echarlos de las instituciones” como ha dicho Podemos. El PP debe seguir en las instituciones pero en la oposición. Confundir las instituciones democráticas con los gobiernos ha sido otro error. Plantear la movilización y moción de censura justo antes de que el PSOE eligiera a su nuevo Secretario General dio la impresión de que Podemos lo que tenía por urgente era pillar al PSOE con el pie cambiado, sin dirección, no que se quisiera regenerar la democracia. Así utilizaron ese error todos los medios de comunicación, en contra, no solo de Podemos si no que arrastró en su error a IU y a todas las confluencias.
Presentar simultáneamente otra moción de censura en la Comunidad de Madrid, con candidata a la Presidencia de una persona desconocida, sin conseguir sumar a nadie, ni a ninguna organización política ni social importante, que ni siquiera apoyaron las movilizaciones pro moción de censura, han sido otros errores evidentes de los últimos meses. Esta moción ha pasado desapercibida para la opinión pública y publicada ¿No hubiera sido más inteligente sentarse, al menos en Madrid, a negociar con PSOE y Ciudadanos una moción conjunta, presentando de candidato a un independiente o al portavoz del Psoe?

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