Esperanza Gallut Portavoz de Sí Se Puede Guadarrama

Gobernar en Guadarrama se ha convertido en un martirio para su Alcaldesa. Después de tres años rechazándole el Presupuesto, aún se pregunta por qué no consigue gobernar con comodidad. “A los nuevos políticos no les mueve el interés general” y nuestro único objetivo parece que es machacar, con el “no por el no”, todo lo que ella proponga. Y para ello utilizamos tortuosas y malévolas maniobras como no aprobarle el Presupuesto. Todos estamos en su contra y así, es imposible gobernar.

Su reflexión, después de que en la noche de ayer el Pleno rechazara el Presupuesto General del Ayuntamiento de Guadarrama para 2018 por tercer año consecutivo (y todas las demás propuestas de la Alcaldesa) nos lleva a pensar que ha entrado en un estado obsesivo y se ha imaginado un complot político de grandes magnitudes. Cualquier opinión diferente a la Alcaldesa es percibida como ataques personales y al municipio, y empatía con los vecinos poca.

Gobernar en minoría conlleva dialogar, negociar y consensuar con el resto de Grupos municipales que tienen una representación y su voz debe ser escuchada, porque si no los vecinos y vecinas NO son tenidos en cuenta. Los Concejales de la oposición, intentamos llevar al Ayuntamiento lo que le preocupa y le interesa a la gente del pueblo, aunque bien es cierto que a veces llevamos unas mociones o propuestas que nada o poco tienen que ver con lo que a todos y todas nos interesa debatir, pero no se puede impedir que la oposición lleve propuestas al Pleno relevantes para Guadarrama, pues debatir propuestas de otros Grupos sobre nuestro pueblo lo ve como un ataque a su despótico poder, por lo que nos hemos visto abocados en algunos plenos a discusiones eternas sobre temas de carácter nacional que aburren al vecino más paciente.

La participación de los Concejales en los asuntos de gran interés para los vecinos es casi inexistente. Somos 17 concejales y sólo 6 imponen sobre los demás una forma de trabajar por Guadarrama. Amén de que la participación ciudadana brilla por su ausencia, cuando le hemos propuesto invitar a otros representantes de los vecinos (asociaciones, comunidades, etc.) a debatir los Presupuestos o el proyecto del PGOU, pero ni siquiera se lo quiere plantear.

Los Concejales no se enteran o no saben porque enterarse de algo en el Ayuntamiento, eso sí que es un martirio. Supuestamente con derecho de acceso a cualquier información, carecemos de la autonomía suficiente para poder controlar lo que hace y deshace el Gobierno de Guadarrama. No podemos debatir ni votar cuestiones importantes en las Comisiones con dos días hábiles para estudiar la documentación sobre los asuntos para los que la Alcaldesa quiere nuestro voto.

Además, después de tres años aguantando la ignorancia a un simple saludo mañanero, recibiendo contestaciones autoritarias, despectivas, insultantes e irreverentes a asuntos de interés para el pueblo, aún se extraña la Alcaldesa de que no le aprobemos el Presupuesto y cree en esa vieja política perniciosa de derechas e izquierdas. No se entera de que todos los Concejales de la oposición en Guadarrama, con la excepción de la Concejal de IUCM-LV (expulsada de IU federal y fervorosa votante de todo lo que propone Alcaldía) conformamos una pluralidad de idearios políticos por encima de los cuales está nuestro pueblo. Sólo queremos que se hagan las cosas bien y contando con todos, y no con una propuesta de Presupuesto sin debatir, sin consensuar, porque sólo con dos reuniones en las que apenas se nos permitió hablar, no se puede llegar a ningún acuerdo. Nosotros, con la oposición, sí dialogamos, sí tenemos un trato afable y sí nos escuchamos, pero cuando nuestras propuestas o ruegos son ignorados de forma constante y despectiva, cuando NO se cuenta con nosotros, cuando NO se nos permite hacer nuestro trabajo, tenemos la mala costumbre de rechazar un Presupuesto destinado a hacer la campaña electoral de una Alcaldesa que, tacita a tacita, con el dinero de los vecinos y subvenciones e la CAM, quiere invertir 11.300.000€ en año y medio en obras y compras, muchas de ellas necesarias incluso antes de empezar a gobernar, otras cuestionablemente necesarias y pocas para aquellos vecinos y vecinas que, pagando sus impuestos y tasas, reciben poco más que ignorancia o migajas en este “su Presupuesto”.