El pasado domingo se celebró en toda España el V Día de las Vías Pecuarias y Caminos Públicos, una jornada convocada a nivel estatal por la Plataforma Ibérica de los Caminos Públicos (PICP), la Federación Española de Deportes de Montaña (FEDME) y Ecologistas en Acción. En El Escorial, numerosos vecinos y asociaciones locales han salido a recorrer varios caminos públicos con el objetivo de reclamar el uso libre y legítimo de la Vereda del Camino Real de Madrid.

A la convocatoria se han sumado numerosas entidades del territorio, como Entorno Escorial, Alana, REVEN (Red Vecinal por Navalquejigo), el Grupo Correcaminos de El Escorial, Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, Ecologistas en Acción Sierras Comunidad de Madrid, Asociación Cultural El Ponderal, Ítaca, Proyecto Verde, Club Clístenes, Asociación Cultural La Peña, Robledo de Chavela y la Sociedad Caminera del Real de Manzanares.

El foco de la reivindicación ha sido la Vereda del Camino Real de Madrid, una vía que parte del Puente de Segovia y que, en su tramo por El Escorial, colinda con la finca de La Granjilla. En el año 2003, el propio Ayuntamiento de El Escorial y la Comunidad de Madrid reconocieron esta vereda como una vía pecuaria necesaria. Sin embargo, en ese mismo año, tras la llegada de Esperanza Aguirre a la presidencia de la Comunidad de Madrid, una orden administrativa —la Orden 263/2003— contradice este criterio y declara que dicho tramo no es ni vía pecuaria ni necesario.

Este giro administrativo coincide con la compra de la finca La Granjilla por parte de la familia Aguirre-Borrell. En un proceso judicial posterior, la competencia sobre el estatus del camino no recayó en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, como correspondería a una vía pecuaria, sino en un tribunal ordinario de El Escorial. Este tribunal dictó sentencia otorgando la propiedad del camino a los actuales propietarios de La Granjilla.

Aunque el Ayuntamiento de El Escorial interpuso inicialmente un recurso, este fue retirado una vez el Partido Popular obtuvo la mayoría en la corporación municipal. Desde entonces, el paso por el camino ha quedado restringido, y el acceso a la ermita de la Virgen de la Herrería, situada al final del mismo, solo es permitido durante la celebración de la romería, con el beneplácito de los propietarios.

Las asociaciones convocantes han reivindicado durante la jornada el uso público de esta vereda histórica y han reiterado su compromiso por recuperar este camino como bien común, para el libre tránsito de vecinas y vecinos, así como el acceso cultural y espiritual a la ermita.